En casi 50 años, han cambiado las modas y nos hemos modernizado mucho tecnológicamente, pero lo que es en el amor y las relaciones, pocazo o nada ha cambiado. En esta película, Goodbye Again, adaptación del libro de François Sagan, la interrogante sobre qué es el amor es la misma y los diferentes problemas que surgen de las relaciones, igualmente siguen siendo difícil de manejar.
Aquí hay problemas en las dos relaciones planteadas; la de Paula (Ingrid Bergman) con su pareja desde hace unos cinco años, Roger (Ives Montand), egoísta, incapaz de comprometer su independencia en una relación estable y leal con la mujer aunque la ama y necesita; y la relación que se produce tras el desengaño de una reciente infidelidad de Roger; de Paula con Phillip (Anthony Perkins), un joven de 24 años, inestable e inmaduro que la ama mucho pero que está muy lejos de ser el ideal para Paula, además de que la sociedad ve terriblemente feo esa gran diferencia de edad entre la cuarentona y el joven Phillip. Ahora sigue siendo igualmente mal visto, sólo que a los afectados no les importa tanto, o por lo menos, no lo denotan ni se dejan separar por esto.
Roger, que necesita a Paula, se casa con ella, que ha abandonado a Phillip rompiéndole el corazón, porque realmente está total y definitivamente enamorada de Roger.
Una verdadera lata para Paula, porque ninguno de los dos hombres son una promesa de felicidad para ella (y yo diría que para nadie).
El ego nos da vida, el ego nos destruye. Me gustó ver esta película del director Anatole Litvak con íconos del cine internacional. Un lujo ver actuar juntos a Ingrid Bergman, Tony Perkins e Yves Montand. Me sorprendió una especie de Josephine Baker cantando e interactuando con Tony Perkins en unas escenas; era Diahann Caroll, una mujer negra muy simpática que vi alguna vez, por finales de los 60 en una serie de televisión.
Recomiendo la peli...
Tambien vi la peli, la verdad que siempre atraemos aquello que nos hace falta para continuar creciendo, ella, la verdad no necesita a nadie, lo dificil para ello es aceptarla, entenderla sin dejarse llevar por la autocompasion. La soledad es dura, pero acaso siempre estamos solos formando un TODO?
ResponderEliminar