martes, 14 de junio de 2011
Se abre el telón
Antes de que se abriera el telón uno ya había sufrido un montón de emociones añadidas y obligadas a la emoción final. El corazón y el ánimo estaban más que preparados para el momento de la apertura telonera.
El domingo por la mañana se miraba la cartelera en el periódico, entonces no había ninguna posibilidad de averiguar de qué se trataba la película, se iba a la suerte, según el título. Despues de una valoración nada reflexiva sobre la posible película con un periódico hecho tirillas, prácticamente, nos íbamos al cine de la ciudad. Al elegido. Había que hacer cola, que nunca era corta, pero era parte de la aventura. Cuando se abría la taquilla todos saltabamos de alegría e impacientemente comenzabamos a entrar , a elegir asientos, a sentarnos, a comprar dulces.
Poco a poco se iba oscureciendo la sala, a la vez que se iban descorriendo las grandes cortinas de terciopelo. Cientos de ojos fijos en la pantalla con cientos de piernas inquietas aleteando en los asientos.
El reparto, la música, el jovencito, la niña.Empieza la función, el silencio en la sala es practicamente mortal, de repento un coro de oooooooooooooh, o un estruendo de pataleos para animar al jovencito a caballo o todos inquietos y entusiasmados cuando aparecen los indios galopando montaña abajo con sus caras pintadas, sus plumas de colores, sus mocasines y sus pantalones de flecos montados sobre caballos manchados, marrones y blancos. Nunca supe por qué los indios criaban esos caballos y no negros o blancos como los vaqueros. Blanco para el Llanero Solitario.
A ese habia que darle de comer aparte. Un paisano vestido de oscuro, con antifaz y gritandole a su caballo : "HEEEEEY YOOOOOOOOOOU, SILVER" menudo pedazo de gilipollas.jajajajaja.. pero para los niños era nuestro héroe.
Así como era el héroe el Conde Drácula, con sus ojos inyectados, sus colmillos asomados, su capa negra y roja listo a hincarle el diente a la chica. Tenía su claro mensaje sexual, cosa que de niños no entendíamos hasta que de grandes uno va a ver otra vez al conde Drácula y ahora piensa:Vaya, que pedazo de tío calentorro.
Pero con esas creciamos, viviendo las aventuras de los vaqueros, sufriendo los mordiscos del Drácula y riendonos con Chaplin. El genio, el mago, el actor por excelencia. Chaplin supo sacarle el jugo a la magia del cine. Aprovechó al máximo las posibilidades que tenía, teniendo en cuenta que los efectos especiales eran mínimos, pero nos hacía reir, llorar, disfrutar y a su vez, supo tambien mandar unos mensajes sociales que llegaron a mi alma infantil. Vi la explotación , la irrupción de la industria y sus efectos en la sociedad: paro obrero, hambre, sufrimiento, pobreza extrema. Grande Charlot, Grande el Cine.
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muy buena reseña de nuestra experiencia cinéfila de la niñez... fue genial, cowboys, nazis, baile, vampiros, arañas, moscas, extraterrestres. crecimos alucinando en blanco y negro y colores.
ResponderEliminarRecuerdo cuando veiamos el rotativo del cine Rivoli, que daban una seleccion de peliculas una mas buena que la otra..y a veces decidiamos quedarnos para ver el rotetivo nuevamante..Me acuerdo de El Hombre de Piedra, El caso de la ahorcada...geniales..
ResponderEliminarya la vida me decia que terminaria viendo pelis como loca..muy bueno fedora!!
Bello texto que trae a nuestros días recuerdos de infancia ineludiblemente ligados al cine, que por entonces era LA entretención y LA llave hacia la evasión, la magia y los sucesos más entretenidos e intensos que un ser humano pueda vivir... Tiempos sin TV, sin computadores, sin internet... Tiempos más simples pero quizás por ello de emociones más sanas e inocentes, sobre todo en los niños... Tiempos de blanco y negro y de un colorido desvaído, sin la resolución de hoy en día pero que era más que suficiente para elevar al niño de entonces a lo más excelso de la ilusión y de la fantasía y hacerlo vivir las más trepidantes aventuras... :-)
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