“La más devastadora historia detectivesca de este siglo”, pone el afiche de propaganda de esta película de Alan J. Pakula, muy bien interpretada por Dustin Hofman y Robert Redford, que encarnan a los dos periodistas que descubrieron e investigaron una conspiración que terminó con la renuncia de Richard Nixon en agosto de 1974 y la caída de varios de los hombres de su equipo. O sea, algo más que una historia de detectives.
La he vuelto a ver hoy, después de varios años, y me doy cuenta de que este tipo de films, que son verdaderos documentos histórico/políticos de un país -los guionistas fueron los verdaderos reporteros protagonistas de la investigación: Carl Bernstein y Bob Woodward- hay que verlos con los ojos bien abiertos porque no sólo te señalan lo que está pasando en cuestiones puntuales, sino, cómo funciona, en general, la maquinaria que está permanentemente montándose para el control total desde las cúpulas gubernamentales y administrativas del país. Me di cuenta de que en esta película, lo menos importante es lo de Water Gate, o sea, el espionaje hecho al Partido Demócrata cara a las elecciones presidenciales de las que Nixon salió reelegido. Lo que Bernstein y Woodward destaparon, no fue sólo el “trabajito” de poner a cinco hombres a espiar al comité de elecciones demócrata y el asalto al Hotel Water Gate donde estaba el comité, que fue suficiente para que Nixon renunciara; sino todo un aparato de intervención y control en la que todas las instituciones: Presidencia, Departamento de Justicia, FBI, Contraloría, CIA, etc, estaban involucradas en una operación de mucho antes y lógicamente, hasta ahora. Water Gate fue una caída fea, pero de ninguna manera fue el final de este tipo de manejos y Nixon quedó como el malo integral de la historia, pero el aparataje de control sólo cambió de operadores.
La película está muy bien hecha, y a pesar de que hay una buena cantidad de nombres y personas involucradas y de la urgencia y rapidez conque se maneja la situación, esto no impide que te hagas cargo de lo que está pasando. Al final, te absorbe y magnetiza hasta el final.
Vale la pena volver a verla en estos días.
Cierto, esta película es de las que una necesita ver varias veces para poder comprender a cabalidad la intensa y enredada madeja de corrupción y manejos oscuros que implica la polìtica norteamericana, ese país que se vende a sí mismo como "the land of free" y que realmente mantiene continuas y encarnizadas pugnas internas por el control y el poder y que no escatima en recursos ilegales, antidemocráticos y anticonstitucionales, violando todos los derechos hsabidos y por haber para conseguirlo... Muy buena película, guapísimo Robert Redford (perdón, una es mujer al fin y al cabo, jeje) y excelente como documento histórico contemporáneo...
ResponderEliminarPor eso me he agarrado a las peliculas antiguas, porque es el reflejo de lo que sucedido siempre en USA desde esa pelicula racista hasta la idiotez, que filmo Griffith Como nacio una nacion..hasta la mas muinima pelicula del Oeste..
ResponderEliminarlas comedias y los dramas de los anos 30 y 40 no hay ninguna pelicula que se libre de esto..
En una pelicula el joven le dice al amigo..Vayamos a Montana antes de que los bancos se aduenen del territorio..
en Fin des siempre ha sido asien USA..esta corrompido desde sus cimientes ..
La vere este fin de semana a peli y volvere a comentar..Gracias..
Yo estoy trabajando en el Angel Azul de Emil Janning y Marlene Dietrich..y es un cacareo de gallina del nazismo..